La nuda propiedad es una modalidad en la que vendes la titularidad legal de tu vivienda pero conservas el usufructo vitalicio. Esto significa que puedes seguir viviendo en tu casa durante toda tu vida, disfrutando de tu hogar.

Obtienes liquidez inmediata sin abandonar tu hogar, permitiéndote financiar tus necesidades actuales. Además, reduces gastos como impuestos y grandes reparaciones, mejorando tu calidad de vida con mayor tranquilidad financiera.

En la nuda propiedad, vendes la titularidad y conservas el uso de por vida sin generar deudas. En la hipoteca inversa, obtienes un préstamo usando la vivienda como garantía, mantienes la propiedad pero generas una deuda que deberán saldar tus herederos.

El usufructuario (tú) se encarga del mantenimiento ordinario y servicios. El nudo propietario (comprador) asume gastos estructurales y ciertos impuestos relacionados con la propiedad.

Al vender la nuda propiedad, tus herederos no recibirán la titularidad de la vivienda al fallecer, ya que el pleno dominio pasará al comprador.